EN LA ESTRELLA, los niños del club de bicicrós dan ejemplo de dedicación y amor por su deporte. Algunos de ellos van hasta Belén en bicicleta, para montar en un escenario más adecuado. Claman por el cerramiento, la ampliación y un partidor para su pista de 210 metros.
En 210 metros, 13 morros y algo de barro saltan las ilusiones del bicicrós de La Estrella.
Quizás no sea lo más adecuado como pista de bicicrós, pero los sueños, sueños son para los integrantes del club siderense, quienes esperan que algún día dejen de pastar allí los caballos y que haya seguridad para que los niños y sus bicicletas no sean más víctimas de los ladrones.
Para fortuna de estos niños que escogieron el bicicrós como su deporte preferido, han contando como puño unido al club de La Estrella, que gracias al esfuerzo de sus directivos e igualmente de los padres de familia de los deportistas, sigue vigente.
"Algunos de los niños que quieren progresar más en su bicicrós se tienen que ir a entrenar a Belén montados en bicicleta. Nos da miedo que siendo apenas unos menores de edad deban ir tan lejos, corriendo toda clase de riesgos en las vías".
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